Tengo varios lugares favoritos para la práctica de Pilates:
El estudio de mi maestra; con tarima de madera y espejos y, sobre todo, su guía durante la práctica.
Otro lugar o momento es en medio de una travesía por un bosque. Después de llevar horas caminando y aún faltando varias horas más para llegar a destino. Me encanta parar y realizar una breve sesión de Pilates porque me estira, desbloquea y alinea los músculos para proseguir con la marcha.
Pero si me paro a pensar, tengo muchos más lugares favoritos. Y es que todos ellos están repletos de gente que comparte mi motivación por la práctica de Pilates. Expectantes de obtener de la sensación de bienestar resultante de cada práctica, igual que yo.
Porque junto con vosotros, tanto cuando sois alumnos como cuando sois compañeros, me siento acompañada y feliz de poder recorrer este fructífero camino, que no está exento de duro trabajo.